lunes, 8 de octubre de 2012

Mi diario, 5ª entrega: la compra de un trabajador poco cualificado.


La compra de un trabajador poco cualificado es un proceso complejo, largo, agobiante, y por momentos desquiciante.

Normalmente siempre la hacemos el primer sábado de cada mes, y digo normalmente, porque muchas veces nos pagan tarde y tenemos que ir el siguiente. El viernes anterior, nos hacemos con todo tipo de descuentos de cualquier gran superficie, revisamos cada catálogo (esos que nadie mira), pensamos qué vamos a comprar, y para terminar hacemos una ruta mental.

El sábado nos levantamos a las 9.00 de la mañana, desayunamos, nos preparamos, cogemos a los niños, y para el coche. La primera parada es obligada, el Alcampo es nuestro sitio favorito. Allí compramos las ofertas que previamente vimos en los folletos, por ejemplo, nos gustan los yogures de fresa, pero si están de oferta los de piña, pues de piña para todos. La leche más barata que haya, el pan de molde con bordes, sin doble horneado y si tiene moho y por eso es más barato, pues ese.

Entonces me suelta mi mujer: "me siento hinchada, ¿es normal?", lo siento mucho, si estás hinchada te tomas un Aero red, pero nada de los yogures de Carmen Machi que son muy caros. Siempre aprovechamos para comprar ropa aquí, una camisa para mí por cinco leuros, las zapatillas de la omaita por tres, botines para los niños gratis con una caja de galletas de dinosaurio, etc.

Tras esperar la kilométrica cola de la caja, salimos en dirección al segundo super, aquí hemos comprado una tercera parte de la compra, aproximadamente son las 12.30. Nos dirigimos al Plus, ya que hay rumores en el barrio que las salchichas están a 0.20 euros, por lo que tendremos que hacernos con algunas. Allí no hay estanterías, la limpieza no es muy estricta, nadie te atiende, y las cucarachas no te caben en el carrito, pero efectivamente, las salchichas están muy baratas primo.

Entonces, mi mujer vuelve a abrir la boca y dice: "tenemos que comprar pescado fresco, no comemos pescado", vale, perfecto, por lo que me dirijo a la sección de congelados, cojo tres paquetes de varitas capitán pescanitro, y le digo, nos vamos a hartar de pescado (como si eso tuviera algo más que harina).

Señores ya son las 14.00, ¿qué hacemos?, aún nos quedan cosas que comprar, pues nos vamos a comer a Ikea, un perrito para cada uno y una bebida, son....., no sé, pero menos que hacerte tú el perrito en casa con las salchichas del Plus.

La tarde siempre le echamos en el Macro Día que está junto a casa, allí ya rematamos la faena, nos queda poco dinero, pero mirando bien y los niños con cosicas pegadas a la barriga, cual terrorista con su bomba, concluímos la jornada de compras. Sólo nos quedan un par de cosas, pero eso lo compramos mañana en la esquina, que se ponen dos moritos a vender en un toalla.

LLegamos a casa 12 horas después muertos, destrozados, pero hemos echado el día entero, y tenemos la variedad de productos más barata de toda la provincia, aunque mi mujer se dirige a mí con un tono entre el reproche y la incomprensión en estos términos: "me tenía que haber comprado las bragas en el Día, ¡si están más baratas que las del mercaillo!", yo no la entiendo, pero si ya tienes dos, ¿para qué quiere más?


El próximo lunes el cumpleaños de mi Josua, o lo que es lo mismo, del hijo de un trabajador poco cualificado.

El miércoles estrenamos sección, pero si os digo la verdad, aún la estoy pensando.

http://thecoolors.com/

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