Diario de un viajero poco cualificado: Palencia.
Como si de un pueblo se tratara, nos adentramos en la -alencia menos conocida de España. No sé que hace falta para que a un pueblo se le llame ciudad, pero está claro que esta pasó por los pelos. Y el ejemplo más claro fue nuestra visita a la oficina de turismo, dónde nos preguntan que cuánto tiempo estaremos, tas escuchar que unas tres horas, la señorita hizo un gesto en plan, "estos se me aburren", y casi acierta si no llega a ser por mi amor por los bares en general y la cerveza en particular.

Fijaros si están cortitos de cosas que enseñar, que nos enviaron a un puente tan patético y tan normal, que si tuviéramos que ver esas cosas en cada ciudad que fuéramos, nos habría hecho falta la vida entera para hacer este viaje, nada más por el horizonte.
PD: el próximo jueves 30 de septiembre la entrada 100, a cargo de un invitado muy especial.
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