lunes, 15 de octubre de 2012

Mi diario, 6ª entrega: el cumple del hijo de un trabajador poco cualificado.



Llegó el gran día, mi Josua cumplía doce añitos, se estaba haciendo todo un hombre. Para la celebración alquilamos un antiguo palació nazarí de hace unos pocos de siglos, un catering, banda de música y dj. Todo el mundo va vestido de gala, con trajes de los mejores diseñadores del momento. El éxtasis llega cuando una señorita con un vestido corto rojo de lentejuelas llega con una tarta de cinco pisos, los más de cien invitados se quedaron atónitos viendo tal despliegue de medios..... .

De repente, "¡qué es ese maldito ruido!", abro un ojo, miro hacia mi derecha y veo que el despertador marca las 7.00, era todo un sueño....., todo no, hoy era el cumple de mi hijo.

La tarde anteriro tuve que hablar con él, que más de cinco amiguitos no podía ser, es que entre la abuela y las titas en el salón no cabe nadie más, ya sabéis que nuestra casa era bastante "acogedora", recuérdalo aquí.

Justo después de comer nos ponemos con los preparativos, los sandwiches de mortadela, de foie grass, y los típicos de crema de cacao, no digo Nocilla porque la marca es Cacau du Brasil, que compro dos y un chicle por el mismo precio; no hay que decir que el pan de molde es con corteza, sin doble horneado, el culo no está igual que la tapa, y ni mucho menos el último día está igual de fresco que el primero. 

Sobre las seis comenzaron a llegar todos los invitados, la Jesi con su cola a modo de parabólica, Jonatan con su pendiente y su pelo engominado con un producto del chino, el mejor amigo de mi hijo, Kevin, con su pelao a cacerola (aquellos tiempos), y la Soraya con su chándal rosa de Helloy Kitty que nunca se quita.

Este año a pesar de la crisis, la verdad que se han portado muy bien con los regalos. Le han regalado un juego de cartas, un rotulador de punta gorda, un coche antiguo en miniatura, una sudadera del mercaillo, y el que parece que menos les gustó, un Power Ranger, y no porque no está el muñeco chulo, lo que pasa que pasaron de moda hace años, se lo dieron sin caja y con claras evidencias de que estaba más que usado, diria incluso que lo han podido coger de la basura, pero bueno, estaba limpio.

Eran las nueve y no aparecía ningún padre, yo la verdad que estaba ya hasta las narices de los niños, en plan, "no pises el sofá", "no gritéis" o "no quitarle la dentadura a la abuela", pero antes o después fueron recogiendo a sus hijos.

Lo cierto es que estaba deseando acostarme para intentar soñar de nuevo en como sería un cumpleaños o cualquier otro evento familiar si yo no fuera un trabajador poco cualificado, ¿por qué yo tengo que vivir así y otros no?, en fin, son reflexiones, como ya sabéis, siempre en voz baja.


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