jueves, 30 de agosto de 2012

Entrada 100, por Samuel Pelegino.


Querida madre:


No voy a mentirle, por aquí las cosas no van demasiado bien. Mis compañeros y amigos caen constantemente y soy de los pocos que aún se mantiene en pie aunque las fuerzas flaquean y cada día cuesta más. Apenas llegamos para alimentar las bocas a nuestro cargo y hace meses que no puedo  ni permitirme el pensar  en escaparme de esta realidad en el bar: demasiados lazos me han atado a ella aunque la vergüenza de tener que mendigar aún no la he vivido en mis carnes. 

Sé que le haré daño, pero la verdad es que pienso regularmente en abandonar la lucha aunque usted, mi familia y la esperanza de que tiempos mejores vendrán me hacen desistir de tal empresa.

Cada noche me pregunto qué hacemos seres con alma pisoteando a seres con alma comandados por seres sin alma. Es contra ellos contra los que deberíamos levantarnos pero mis compañeros tienen lavados sus cerebros y escuchan la palabra "alemán" y veo el odio en sus ojos.¡Como si los alemanes fueran diferentes a nosotros! ¡Ellos también tienen lavados sus cerebros por los seres sin alma!

Siempre recuerdo las palabras de padre: "el día que los ñús se den cuenta de que son más y más fuertes que el león, el león no tendrá valor de atacar ni a un solo ñú". ¡Cuánta razón llevaba!  Pero es curioso que luego la naturaleza de los ñús hace abandonar al primer ñú que es capaz de revelarse y pedir a los demás que se unan contra los leones. Ese ñú será un loco, un irresponsable, un temerario. Me pregunto yo:¿el loco es ese ñú o los que se dejan comer?

Termino, madre, comentándole que ojalá podamos volver algún día al pueblo con usted pues aquí cada vez tenemos menos y cada vez nos quitan más. Al menos ahí, la tendremos a usted y entre mis conocimientos de medicina y los de mi señora como maestra podremos educar sanos a nuestros hijos.

Un beso grande de sus nietos, su nuera y yo.


Querido hijo:

Al principio de tus cartas pensaba que intentabas reírte cruelmente de mí haciéndome recordar aquella época, pero la realidad me ha demostrado que no. Escribes como tu padre salvo que con una diferencia de 60 años. Tus cartas cuentan historias que vivimos él y yo, aunque entonces las guerras se hacían con armas de fuego y las de hoy utilizan armas mucho más peligrosas: bancos, dinero, política y leyes.
Entiendo que eres de los pocos que aún  mantiene el trabajo, ya nos encargamos tú padre y yo de recordarte  que estudiaras pese a que tus amigos tenían ya trabajos, aunque ahora, viendo la que cae, a veces me arrepiento de no haberte dejado salir a divertirte aunque fuese de pequeño.  También  entiendo que esos lazos que te aprisionan se llaman deudas, hipotecas,embargos,más deudas y que  los sin almas se han encargado de dejarlo todo bien  atado para que tu familia cargue con tus, como ellos llaman, excesos (porque no es un exceso tener una casa para vivir y un coche para ir a trabajar). Yo sí viví la vergüenza de tener que mendigar pero para alimentar las bocas de todos nosotros ni pensaba que fuera vergonzoso. Ahora pienso que los sin alma se encargaron de hacerme ver que no era vergonzoso. O tal vez es que ellos no conocen esa palabra.
Tu padre era un hombre sabio aunque cobarde como todos, no quería problemas mientras tuviese lo suficiente para darnos de comer a todos y poco más. Eso sí, siempre fue honrado y os educó con esa consigna. Me pregunto cómo serían los padres de los sin alma.

Bueno hijo, venid  cuanto antes, aquí podremos volver a vivir del campo y con mi pensión intentaremos que no nos falte un plato de comida. Eso sí, intentad no enfermar y cuidarme para que yo no lo haga pues entonces no podremos comer todos. Que curioso, tu padre me decía que nunca volveríamos a esto, que la sociedad no podría ser tan estúpida  de tropezar y permitir nuevamente el egoísmo  de unos pocos sin alma. En eso sí que se equivocaba.

Un beso muy fuerte de tu madre que te quiere tanto.



Verano de 2012

EL LUNES 10 DE SEPTIEMBRE EMPIEZA LA NUEVA TEMPORADA

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