miércoles, 18 de abril de 2012

Un personaje disney, un invitado y una pianista que no sólo toca el piano.

Diario:

Hoy he tenido el típico momento que no sabes si es real o ficción, pero os lo voy a contar, porque por más que pienso, creo que me ha pasado realmente. Pues no me ha llamado esta mañana una clienta, y al preguntarle nombre y apellidos me responde lo siguiente: "Blanca Nieves Del Bosque Martínez", ¿perdona?, estoy por enterarme si eso se puede considerar maltrato psicológico de los padres hacia la hija..... .

Os dejo ya con la sección de hoy que viene completita, pero cuando alguien tiene muchas ganas de decir algo, uno no se lo puede negar, y menos un trabajador poco cualificado.


Sección miércoles. El invitado de la semana: La pianista de prostíbulo.


Y queríamos cambiar el mundo…


“No digáis a mi madre que soy periodista, la pobre cree que trabajo como pianista en un prostíbulo”. Palabras duras las que empleaba Rodolfo Serrano para englobar el que era el arte del siglo XX, pero cabe decir que razón no le falta. Porque bien es sabido, sobre todo por los que aspiramos dedicarnos a esto (si el contrato o no contrato nos  lo permite, que la nuestra es la única profesión que te permite escribir sin necesidad de leer (e incluso sin saber leer) y en la que cualquiera, con el graduado escolar o no, osa llamarse comunicador. Una realidad distorsionada la de los medios que bien lejos queda de aquellos aventurados reporteros que pretendían cambiar el mundo, que querían ser la voz de los ciudadanos, que luchaban por revelar la verdad; hoy convertidos en conejillos de indias a los pies del entresijo de intereses que mueve al medio, su sueño se nubla por cheques en blanco que marcan el precio del respeto. Una fama demasiado cara, si me permitís decirlo.
 
Disculpadme que sea tan pesimista pero, como bien dice mi amigo y autor de este blog, estamos condenados a sobrevivir como trabajadores poco cualificados. De contratos basuras en contratos basuras y tiro porque me toca o mendigando unas prácticas ni siquiera remuneradas que den valía reconocida a nuestra “experiencia en el mundo laboral”. Aquella con la que agradecidos podemos darnos con un canto en los dientes, y es que tal y como están las cosas, no podemos pedir peras al olmo!


Es curioso como la sociedad se empeña en criticar al llamado cuarto poder (razón no le falta claro) porque cada día se encuentra más y más distorsionado entre tertulias y programillas (si si programillas) que más que informar buscan encontrarle los tres pies al gato de moda. Llamase este gato Isabel Pantoja o Felipe Juan Froilan. La culpa de esto (dicen los expertos) es del público y, es que, hemos de reconocer que los documentales de la TVE2 no llenan nuestra cuota de pantalla. Ya no importa que la noticia sea real sino que lo parezca, y da igual que el “desliz” ocurriera hace más de diez años lo que importa es que ocurriera o que al menos, alguien asegure que aconteció. Porque es lo que quiere el público, porque por la audiencia ma---tó! Y es que queramos o no, al final todos somos parte de este gran circo; la diferencia es que mientras unos hemos buscando una formación para tal ocupación, otros han tenido un golpe de “suerte” (o un hijo secreto con algún famoso) que les ubica en la caja tonta cada tarde. ¡¡¡Son los llamados comunicadores independientes!!!! Aquellos periodistas de raza hoy dejan de ser noticia.


Firmado: una pianista de prostíbulo con ganas de cambiar el mundo.


Mañana jueves publicaré en la sección de bares el sitio con mejores caracoles de Sevilla, ¡os espero!

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